La gran salida de la deuda estadounidense: cómo EE.UU. está reduciendo el peso de su deuda y qué significa para el futuro

Durante la pandemia, Estados Unidos llegó a niveles alarmantes de deuda pública, rozando el 130% de su PIB. Era un reflejo directo de la situación excepcional: caída de la actividad, estímulos masivos, tipos al 0% y una economía que se sostenía artificialmente. Pero hoy, la situación es muy diferente. No porque haya menos deuda en términos absolutos —de hecho, la deuda total sigue creciendo— sino porque ha cambiado la relación entre deuda, crecimiento e inflación.

EE.UU. está reduciendo su ratio deuda/PIB sin necesidad de recortes drásticos ni default disfrazados. Y lo está logrando con una combinación que muchos no querían ver venir:

  • Crecimiento nominal elevado
  • Inflación controlada (pero positiva)
  • Tipos moderadamente altos
  • Recaudación fiscal más fuerte
  • Revalorización de activos (especialmente tecnológicos)

Eso es exactamente lo que los economistas llaman “represión financiera suave”:
permitir que el PIB crezca más rápido que la deuda, aunque sea a base de inflación.

Y ha funcionado.

La deuda ya no está en el 130%. El ratio ha bajado. No porque EE.UU. haya recortado gasto, sino porque ha conservado la ventaja estructural del dólar y de su mercado de capitales, y ha dejado que:

  1. El crecimiento se acelere (aunque sea nominal)
  2. La inflación diluya los pasivos
  3. La economía acredite el 3–4% de crecimiento anual
  4. El capital global siga comprando deuda americana

En otras palabras:

EE.UU. ha absorbido el golpe sin romper su columna vertebral financiera.


El mundo que viene: tipos de interés normales, no cero

Uno de los cambios más relevantes —y que muy pocos asumen— es que no volveremos a ver tipos cero. Ese mundo ya no existe.

Hubo un momento en el que las políticas de los bancos centrales se basaban en:

  • Tipos al 0%
  • Dinero gratis
  • Estímulos monetarios infinitos
  • Liquidez inyectada como agua en el desierto

Eso está muerto.

El mundo posterior a 2022 ha dejado un mensaje claro:

El coste del dinero ha vuelto. Y se quedará.

No necesariamente veremos tipos al 6% durante años, pero la era del 0% desapareció para siempre.

Porque ahora hay tres realidades:

  1. La inflación no volverá al 1%.
    Los costes estructurales han cambiado: energía, relocalización, envejecimiento poblacional.
  2. La deuda necesita un tipo positivo para no explotar.
    Con tipos al 0%, la deuda crece sin freno.
    Con tipos al 3-4%, la disciplina vuelve.
  3. El dólar sigue siendo la referencia global,
    y EE.UU. puede permitirse financiarse sin hundirse.

¿Existe riesgo? Sí. Pero no donde la mayoría cree.

Muchos analistas hablan de un colapso inminente, del peligro del dólar, del apocalipsis financiero.
Pero la realidad es más sutil.

Hay dos grandes riesgos:

1. Una burbuja tecnológica sobrecalentada
La concentración extrema del mercado (Nvidia, Big Tech, IA) es un riesgo real.
Si el ciclo se gira, habrá volatilidad severa.

2. Un choque político interno
El gran enemigo de EE.UU. no es China… es la polarización interna.

Pero incluso con eso, el sistema tiene fuerza.
Porque el dólar sigue siendo la divisa de referencia,
y el Tesoro americano sigue siendo el activo refugio mundial.


¿Y qué significa esto para Europa y el inversor medio?

Significa que hay que adaptarse a un entorno totalmente diferente al de 2010-2020:

  • Olvida los depósitos al 0%
  • Olvida los excesos de deuda sin coste
  • Olvida las burbujas sostenidas por dinero gratis
  • Olvida el “todo sube siempre”

Hoy el mundo es:

  • Tipos moderadamente altos
  • Crecimiento nominal aceptable
  • Inflación más estructural
  • Selección natural en activos
  • Mercado más duro… pero más saludable

Y eso no es malo.
Es serio, realista y maduro.


El futuro será del inversor que entiende los ciclos

El que sobreviva a esta década será el que:

  • No busque el chollo
  • No crea en el dinero gratis
  • No apueste todo a la IA como si fuera infalible
  • Sepa rotar sectores según el ciclo
  • Entienda el papel del oro, el cobre y el uranio
  • Gestione el riesgo con cabeza
  • Sea dueño de sus decisiones

El mundo del capital no se acaba.
Se está redefiniendo.

Y EE.UU. —otra vez— está marcando el modelo.

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